En la opinión de Chelsea
hace 3 meses
1:57 PM

Sin hit ni carrera desde el TumbaPatos

Villahermosa, Tabasco a 5 de julio de 2024.
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  • En la opinión de Chelsea Guzmán

Hace exactamente casi dos años seríamos testigos de historia en el “Tumbapatos”, estadio que fuese la casa provisional de los Olmecas de Tabasco en 2022.

Mucho se ha hablado esta semana referente a “vivir del recuerdo”, digo esto por los diversos comentarios que hemos recibido referente al documental “El Milagro del 93” que recién fue estrenado el día lunes, pero… como tal dice una frase por ahí de Bob Dylan, “Cuida de tus recuerdos, no puedes revivirlos” porque si bien es cierto que están ahí, como una reproducción constante en nuestra mente, no es como que podamos teletransportarnos a revivir el momento en carne propia.

Entonces, regresemos al día histórico que se vivió un 6 de julio del 2022 en Macuspana, uno de esos días que absolutamente nadie sospecha y es, justamente percatarse que viviríamos un sin hit ni carrera del cubano Yoennis Yera.

Aquel miércoles como siempre, agarraríamos camino para Macuspana, y yo me toparía con la noticia al llegar allá, que iba a estar en la cabina comentando junto a Hiram, debido a que Diosco tenía un compromiso familiar que no le iba a permitir llegar; y bueno, aquel juego comenzó en punto de las 7:32 pm, recordaremos que esta temporada los juegos de martes y miércoles eran únicamente a siete episodios.

Muy pero muy temprano en el encuentro, en el primer inning, hubo un elevado entre el jardinero izquierdo, central y el parador en corto, que terminó fildeando Edwin García de espaldas a home, que después tomaría cierta relevancia porque sí, en el primer episodio nadie cree o piensa que se puede dar un no hitter.

El juego fue caminando, y en el tercer episodio vendría otra jugada que después cobran sentido de lo que estábamos viendo durante en el juego sin sospecharlo, y es que vendría una línea fuerte de parte de Oscar Sanay a la segunda colchoneta que en aquel entonces cubría Alberto Carreón y ante esa atrapada se ejecutó una doble matanza debido a que teníamos corredor por la primera producto de un pasaporte.

Y fue en el cuarto rollo cuando el cubano propinaría tres chocolates, para retirar esa tanda, scone de ponchados para Yera y entonces es cuando Hiram y yo desde la cabina nos mirábamos como pensando si se podía sospechar algo o no; en ese mismo episodio en su parte baja, los Olmecas anotarían las dos carreras que posteriormente les permitiría ganar.

Cuando cayó el tercer out en el quinto episodio, ya el matanzero tendría en su cuenta 7 ponches, que es aquí en este episodio donde podíamos en verdad sospechar lo que estaba pasando, nadie había pisado la primera mediante imparable, los Generales estaban siendo maniatados por la serpentina del zurdo.

Y estábamos en la sexta entrada, en el Inter cuando en la pausa le dije a Hiram que no quería bajar a esperar, como buena aficionada de estas que romantizamos el beisbol, me daba miedo “salar” lo que estaba pasando, moverme de mi lugar del cual no me despegue por la misma razón, pero tenía que estar a lado del dugout por si la hazaña se complementaba; abajo, agarrada y aferrada yo de la cadenita con una virgen, pidiendo que se nos diera la oportunidad de presenciar un sin hit, y cuando cayó el primer out de la séptima, todo se puso aún más tenso, vendría bateador emergente y como dicen los que saben de pelota, el emergente da de hit o se poncha, y que manera de celebrar en la caseta el décimo chocolate que propinaba Yoennis ante Santiago González, y después con un bateador de fuerza y haciéndole swing al primer pitcheo, caería el tercer out para completar aquella hazaña, apenas el segundo juego sin hit ni carrera para los chocos, que momento para los pocos más de 700 aficionados que nos acompañaron ese día.

Al día siguiente con más calma dijeran por ahí, estuve preguntando a los jugadores que vieron acción ese día, que pasaba por sus mentes, como había sido todo, cuando se dieron cuenta, y la mayoría en el quinto episodio y es que hablaron entre ellos que todo lo que viniera cerca tenían que aventarse sí o sí, había que jugar buena defensa para lograr tal hazaña, que por cierto muchos dirán, “pero no fueron 9 entradas”, bueno, ese año se jugaba a siete innings ese día y la Liga Mexicana de Beisbol, SÍ reconoce estos juegos.

Y por último pero no menos importante, no siempre se habla del catcher de ese día, no solo para el juego de Yera donde hacía la batería con José Félix, sino en general en otros encuentros, pero aquí, teníamos el dato, que ellos antes de jugar juntos en Olmecas, lo hicieron para Guasave, se conocían bastante bien, y que diferente se ve cuando un catcher conecta y tiene ese sincronía con su lanzador para ejecutar el plan de trabajo que se destinó para ese día, la plática que tuvieron previo al encuentro, que harían en que momento, y alguna que otra palabra saliendo del terreno por si algo habían notado, ese día sí brilló Yoennis Yera pero también lo hizo José Félix por como fue llevando el pitcheo junto al cubano, no es cosa fácil.

Que locura de día, que recuerdos quedan en la memoria de cada uno, viviéndolo cada quien a su manera porque todos vimos seguro cosas diferentes mientras se desarrollaba el encuentro.

No es que vivamos del pasado, pero no está mal poder tener la dicha de recordar buenos momentos, de saber que pudiste presenciar historia y ser parte de ella.

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