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Del “campo de los sueños” al Fundidora

  • Desde el Club House por Charly Levi

A las orillas de majestuoso Usumacinta, a tan solo 18 kilometros de la cabecera de Balancán, se localiza el Ejido Vicente Guerrero, pueblo de pescadores, ganaderos y agricultores.
Ahí nació en el año nuevo de 1959, el primer tabasqueño elevado recientemente al Salón de la Fama del Beisbol Mexicano, Cecilio Ruiz Ferrer, un día 21 de enero.
Los años mozos de “Chilo” transcurrieron caracterizados con la fuerza y vigor que contagía el “Mono Sagrado”, tal y como identifica la gente de la región al rio más caudaloso de México.
Junto a su hermano Estanislao, jugaban beisbol en el “Campo de los Sueños”, mientras se divertían en los playones, luego de cumplir con obligaciones y actividades encomendadas. Con el equipo de su comunidad, empezó jugando como center field y posteriormente como primera base, hasta que Moisés Damían, un lugareño que había logrado llegar hasta la competitiva Liga Central en nuestro país, le recomendo que empezara a probarse como lanzador, determinación que prácticamente cambio el futuro del balancaneco dentro de su escenario beisbolero.
Informado del gran talento que poseía un “zurdito” de aquel apartado rincón de Tabasco, el reclutador Alberto Joachin citó al prospecto zurdo de 20 años en el estadio de Emiliano Zapata, y según versión del propio serpentinero, solo requirió de algunos pitcheos para que el buscador le extendiera el contrato con Cafeteros de Córdoba para debutar en 1979. “Por alguna razón, se hizo tarde y Joachin solo me vio hacer cinco o seis lanzamientos, ya estaba algo obscuro y me dijo, suficiente muchacho! y me firmó”. El ahora miembro del Salón de la Fama sentó sus reales en Comalcalco, donde radica con su familia dede hace muchos años, tras haber jugado con los Cacaoteros varias campañas cuando estos fueron sucursal de los Cafeteros en la poderosa Liga Tabasqueña. “De hecho, en mi primer año como novato con los Cafeteros, al no tener mucha actividad le pedí a Winston Llenas me mandaran a la Tabasqueña para poder abrir más partidos”, recuerda.
A sus 24 años, los caminos del beisbol llevarían al ahora inmortal lanzador a ser firmado por los San Diego Padres, equipo que entre 1982 y 83, lo colocó en la antesala de las grandes Ligas con Las Vegas AAA.
Cabe destacar que Alberto Joachin es reconocido hoy día, como uno de los más exitosos buscadores de talento de nuestros país, ya que por los menos diez jugadores firmados por el, han alcanzado las grandes ligas.
Años más tarde, luego de la euforia de la hazaña colectiva lograda por los Olmecas de 1993, y aprovechando el viaje a Hermosillo a la Convenciócon el n del Beisbol, visitamos el campo de pretemporada de los Yaquis de Ciudad Obregón, escuadra que apenas cumplía su primera semana de preparación. Pocos eran los titulares que habían reportado a las sesiones en el antiguo “Tomás Oróz Gaytán” de la vieja Cajeme. A la distancia, resaltaba la figura del látigo zurdo de 34 años, trabajando intensamente con el pelotón junto a los novatos.
Tras el breve saludo entre tabasqueños,”Chilo” Ruiz me externó que ya no era un pelotero joven y que tenía que competir duro con el nuevo talento que venía empujando fuerte para lograr un espacio en el staff de pitcheo.
Consecuencia de ese empeño y profesionalismo, Ruiz Ferrer será entronizado al recinto del parque Fundidora en Monterrey antes de que finalice el año como miembro de la Clase 2024. No hay vuelta de hoja, estamos ciertos que el próximo cabildo de Balancán promoverá que el estadio municipal lleve el nombre de “Cecilio Ruiz Ferrer”, mismo escenario en donde alguna vez, lanzando para los Tigres de Balancán, ponchó a 21 Cañeros de Cárdenas en la Liga Tabasquieña de principios de los 90´s.
Un día más, un día menos!