atrás

Temporada invisible

  • En la opinión de Chelsea Guzmán

La complejidad de una logística de viaje para un equipo de beisbol no es tan sencilla como muchos pudieran pensar.

No sólo se trata de comprar vuelos y reservar hoteles, se trata también de verificar los horarios que más se acomoden a las necesidades del equipo, los hoteles que cumplan con ciertos estándares, que los menús de las comidas sea algo pensado en lo que un atleta de alto rendimiento necesita, aunado a lo que se debe prever cuando ya estás en la plaza donde se jugará, como por ejemplo: Traer (hablando del encargado de los viajes) dinero en efectivo por cualquier gasto de emergencia que pudiera presentar, coordinar con el equipo de casa que se presten los autobuses para mover al equipo dentro de la ciudad, esto nada más aplica claro del hotel al estadio y eventualmente los días de viaje al aeropuerto si es el caso, o bien, si estás en una gira del norte que no permite que los autobuses de en este caso los Olmecas lleguen hasta allá, y existe la necesidad de moverse entre estados cercanos, se llegan a acuerdos para que el autobús del equipo donde juegas primero, te lleve a la otra ciudad o estado.

¿Qué vamos a cenar acabando un juego entre semana o de fin de semana que te obliga a salir del estadio directo al siguiente destino? ¿Qué pasa si alguno de los jugadores no llegó su maleta? ¿Y sí de pronto estás en un equipo que te da viáticos en lugar de las tres comidas en el hotel y te toca jugar en una ciudad en lo que entre semana “muere” temprano?

Preguntas y más preguntas, muchas veces leemos comentarios negativos en redes sociales en inicios de serie, sobre todo en aquellas que se sabe que el equipo tuvo que viajar de un día a otro para llegar a jugar, comentarios como “corren sin ganas”, “no está fino” etc, etc, etc. hay días que muchas cosas se salen de las manos del equipo, por ejemplo: un retraso de vuelo, accidentes en carreteras que tienen el tráfico lento.

Recuerdo mucho en 2022, nos tocaba ir para Veracruz y bueno, ese viaje se hace por carretera, un trayecto que debería y se sabe que son 6 horas, aquella vez, los autobuses se hicieron 12 horas, llegó un tramo de carretera donde el autobús se quedó parado sin moverse ni 10 metros por 3 – 4 horas.

Unos años más para atrás, en 2018 se jugaba en Tijuana entre semana y el fin en Saltillo, el vuelo salía 5-6 am para Monterrey para después agarrar el autobús para Saltillo, entonces… el jueves después del juego, se cenó en el estadio y el equipo se movió para el aeropuerto, el vuelo salió en tiempo, se llegó a Monterrey pero en aquel entonces si habían las dos horas de diferencia, era más tarde, y cuando se llegó a Saltillo por alguna razón fuera de nuestras manos, las habitaciones no estaban listas.

El descanso claro no es igual, recuerdo que saraperos hizo unas 13 carreras en 3 innings sin embargo todavía el equipo alcanzó a tener reacción y se perdonó 19 – 10 más o menos. Fue una semana difícil.

Se ha mejorado mucho es verdad, pero aún falta y no solo hablo de Olmecas, hablo en general de la Liga Mexicana (LMB), hay viajes demasiado cansados que por ende ponen tensos a los jugadores hablando de molestias físicas, piernas cansadas, espalda apretada, rigidez en el cuello.

Por esto, es importante que la afición comprenda y valore el esfuerzo de cada equipodetrás de cada juego. Más allá de lo que se ve en el campo, por parte de los atletas y cuerpo técnico existe un trabajo exhaustivo para asegurar que el rendimiento de los jugadores se realice en las mejores condiciones posibles.

Reconocer estas dificultades puede fomentar una apreciación más profunda y un apoyo más comprensivo hacia el equipo, especialmente en momentos en que el rendimiento no es el esperado debido a los rigores del calendario y detrás de cada viaje.

Tomando esto en cuenta, la afición puede convertirse en una verdadera aliada, entendiendo que cada juego es el resultado de una ardua coordinación y no solo de talento deportivo.