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El renacer del dragón Olmeca

  • En la opinión de María Fernanda Ávalos

“Para cada uno de nosotros, llega un momento en el que debemos despertar y convertirnos en aquello para lo que hemos nacido.”

Seth Adam Smith

Otro jueves más que nos acerca al regreso de una nueva temporada, de como dice la mismísima LMB, de nuevas emociones imparables y claro, de una nueva búsqueda del próximo campeón del beisbol mexicano.

Pero lo nuevo empieza por algo y los Olmecas empezaron por su nueva piel. Previo al último duelo contra los felinos del Caribe, el diamante del 27 de Febrero se transformó en pasarela para presentar los uniformes que tendrán los cabezones esta temporada haciendo énfasis en la cultura que da origen al apodo. Y es que, con mangas negras, dorso gris y con el dragón Olmeca al frente se presentó el primero de los nuevos bebés de la familia.

Muchos, y me incluyo, desconocíamos que en nuestra herencia Olmeca existía un dragón, porque al hablar de los Olmecas siempre a la mente se nos viene la famosísima cabeza Olmeca que hemos traído de arriba para abajo y con mucho orgullo, el juego de pelota y los sacrificios humanos (que en el beisbol a veces le toca a uno que otro jugador sacrificarse por la banda) pero ¿un dragón? Pues se dice que este ser mítico era uno de los dioses mejor plantados y los más temidos. Habrá que creernos esta leyenda y plantarnos bien en el terreno de juego para ser de esos equipos que el rival teme.

A la par de este uniforme de guerrero Olmeca, se presentó uno totalmente negro con rayas blancas y el isotipo del equipo en verde neón, muy catrinones y que seguramente, como ya en épocas pasadas de la franquicia, tendrá su lugar especial dentro de la historia. Porque más que vestir, un uniforme identifica, empatiza y emociona.

Es así como los Olmecas agregan a su historia la piel de la herencia, de la tradición, de la cultura a la que Carlos Pellicer le dedicó más que poesía, todo un museo de resguardo y Olmecas buscará continuar la historia de quienes les dan el mote.

AGRADECIMIENTOS

Gracias Olmecas por mostrarme esta nueva piel porque para quienes somos parte del equipo, y los que me conocen, saben que estar aquí representa un orgullo que va de la mano con muchas emociones más y que ver un nuevo uniforme nos hace presentes en otra página de esta historia deportiva que la próxima semana retomará su escritura.