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El último festín de imparables

  • En la opinión de María Fernanda Ávalos

“El camino hacia el éxito no es lineal, pero cada desvío te enseñará algo valioso.”

Como dice la canción: El final se acerca ya, lo esperaré serenamente, y ya en la recta final de la temporada, el tictac del reloj de la postemporada suena cada serie más fuerte buscando a sus invitados.

Estaba viendo Club House, el programa oficial de la Liga Mexicana de Beisbol donde cada semana platican de forma general como van los equipos, quienes destacan, quienes compiten y ahora quienes ya no tienen nada que perder pero, en este último término, los equipos que están fuera de los seis primeros siguen siendo peligrosos para quienes se encuentran en quinto y sexto lugar tomando en cuenta la diferencia de juegos ganados con el resto del standing. Claro, en este 2024 y con los 60 juegos ganados que les dieron el pase hasta ahora al único equipo sureño, a los Diablos, quienes estén debajo de ellos no les quita el sueño y pese a tener el primer lugar seguro, no bajan la guardia en el cierre que se acerca.

Pero esos equipos que ya no tienen que perder en ocasiones buscan cerrar mejor, sus jugadores quieren terminar la temporada mejorando sus números individuales, sobre todo para quienes juegan en el invierno que literalmente se pone más frío al hablar de resultados. Y es que estamos a 3 series (sin contar la actual) de cerrar oficialmente la temporada regular, y las cocinas de las gerencias deportivas de los equipos están poniendo a calentar a fuego alto a todos sus elementos para servir en cada juego restante el mejor platillo que alcance para estar en la última cena del beisbol mexicano.

¿Quién es el chef de cada festín de imparables? ¿el manager? ¿el gerente deportivo? ¿el presidente del equipo? Quien prepare el platillo debe de saber que no hay nada escrito y el beisbol así como la vida, te da sorpresas y no hay ningún equipo débil dentro de los que aún alcanzan una posibilidad que pueda dejar fuera a otro. Los Olmecas saben que no caen aún en blandito y hay que acelerar esa cocción cada vez más, porque aún en esas series que parecen ganadas, repito: nada está escrito. El Águila está de visita y sorprendió en el primer juego a pesar de que los chocos iniciaron la voz de ataque con pizarra final de 8 a 2 en favor de los porteños. Al cierre de esta columna, falta una hora para iniciar el juego con pronóstico reservado. No me adelanto a nada.

DORADOS Y HENRY CENTENO 

La tensión en el dogout era clara en las imágenes de la transmisión en donde Henry Centeno, lanzador de Dorados de Chihuahua sufrió una crisis epiléptica a segundos de regresar al montículo en el juego que disputaban contra Charros de Jalisco. La ambulancia ingresó al terreno y eso hizo que sus compañeros, con semblante desencajado, miraran al piso donde Centeno se encontraba mientras que algunos aficionados desconsiderados e irrespetuosos por decirlo lo más elegante posible gritaban “JUEGO, JUEGO” como si la pausa del encuentro se tratara por revisión de alguna jugada. La vida de una persona estaba en riesgo.

Afortunadamente, al trasladarlo al hospital y valorarlo toda una noche, el lanzador de 29 años fue reportado como estable y en las redes sociales de Dorados de Chihuahua se compartió la valoración médica más a detalle y fotografías de él en el dugout reintegrándose al equipo con mejor semblante siendo abrazado por sus compañeros nos daban una cachetada de humanidad, sobre todo para aquellos que, en la transmisión en vivo del juego de ayer, escribían comentarios como “lo hizo a propósito para no ser el pitcher perdedor del juego”, “fue a propósito para que Dorados no perdiera hoy” u otros más imbéciles escribiendo “ya páguenles para que puedan comer” supongo que esa gente estúpida han de ser de fierro que no les pasa nada.

Y es que, ¿hasta donde se ha perdido la humanidad que hacen tanto daño a los mismos seres humanos? Nadie está exento de sufrir de golpe alguna situación y en un espectáculo deportivo donde muchos niños ven a sus héroes del terreno, debemos ser prudentes y hablar de lo que sabemos y no de lo que inventamos. Aunque claro, leí afición preocupada por su lanzador, no demerito a quienes realmente saben que en este juego pueden haber peligros y entienden que la salud es más importante que un “JUEGO, JUEGO”.