- En la opinión de María Fernanda Ávalos
El cambio es la ley de la vida. Y aquellos que miran solo al pasado o al presente se perderán seguro el futuro.
John F. Kennedy
Bien dicen que el recordar es volver a vivir y sentada en una de las gradas, pasó por mi mente de pronto el correteo del 2023, cuando en un abril, se abrían las puertas del estadio después de la remodelación y también, en un abril (sí, abril) y cerrar de ojos, quitaban los espectaculares y las letras gigantes que iban a ser parte del nombre comercial del estadio.
“Oficial” e “histórico” son dos palabras que he leído en boletines de Conspiradores de Querétaro, Acereros de Monclova y Tigres de Quintana Roo quienes este 2024 rebautizaron sus estadios con nombres comerciales, en el caso de los recién nacidos Conspiradores, la construcción de su estadio significó una gran oportunidad de alianza comercial para empezar con el pie derecho sus acciones en los diamantes.
Platicando con el jefe de prensa del equipo que nació campeón, Joan Cetina, sabe de inicio que el tema de hacerse de un socio comercial es un beneficio para el equipo y claro, para el socio porque se habla de una visión a futuro, una visión a ser económicamente sustentable para los clubes de beisbol que tienen muchos gastos o que no llegan a ser de iniciativa privada, mientras que del lado del patrocinador, comenta que tiene múltiples beneficios y un efecto inmediato de posicionamiento de marca a nivel nacional, ya que LMB nos exhorta a poner los nombres completos que tienen los estadios. El Estadio Sherwin-Williams Beto Ávila es ahora el nombre de la casa de los Tigres de Quintana Roo y el compromiso es mejorar el roster para cumplir el objetivo.
Vamonos al norte porque allá Lenin Orduño, cronista de Acereros de Monclova anunciaba hace unos días en el grupo que tenemos los “ligamexicanos” que el horno más grande de México ahora se iba a llamar Estadio Kickapoo Lucky Eagle, tras el acuerdo comercial que lograron firmar con un importante casino que se encuentra en Eagle Pass, Texas. El “Coloso del Norte” como también es conocido, tendrá este nuevo nombre por tres años, ya que los “naming rights” pueden renovarse o como decimos, morir, para que otra entidad comercial entre al quite. El nombre de Kickapoo Lucky Eagle aparecerá también en el autobús que transporte al equipo. ¿Protestas de la afición? Mi amigo Lenin me comenta que para nada, la afición aceptó porque saben que ante la situación económica que atraviesa la región centro, la directiva sabía que tenía que adoptar acciones para continuar con el espectáculo deportivo y que el horno tenía que seguir ardiendo.
Y aprovechemos este viaje (mental) por el norte y vámonos al estadio del Cerro Colorado, el Estadio Chevrón, quien desde 2019 cambió su nombre a esta empresa de combustibles, que vemos patrocinar a equipos de futbol en México y otras campañas deportivas. Y es que a los tijuanenses el cambio no los tomó por sorpresa, ya que de acuerdo al testimonio de mi colega Community Manager, Héctor Rivera, con el tema de la afición fue una transición rápida de Estadio Gasmart (antiguo nombre) a Chevron, ya que hicieron una campaña basada en Google Maps y otras aplicaciones como Uber y Didi para que desde el día uno, todo lo que fuera Estadio Gasmart se convirtiera a Chevron y los aficionados se sintieran parte del proceso.
Ahora conversemos del Estadio Finsus (¿y ese cuál es?) es el que aún se está construyendo y pertenece a los Conspiradores de Querétaro. Finsus es una Sociedad Financiera Popular fundada en 2013 que por tres años tendrá el beneficio de ser el punto de encuentro entre la nueva afición y el equipo. Este estadio se está haciendo con capital privado, por lo que la búsqueda de patrocinios es una cacería diaria. No nos olvidemos del “Palacio Sultán” el estadio que es casa en verano e invierno de los fantasmas grises, quien se rebautizó como Estadio Mobil Super.
¿Por qué Tabasco no logró independizarse? Como si se hablara de una batalla para ser autosustentables y buscar piezas para seguir generando el espectáculo. Sabemos de sobra lo que pasó esa mañanera que nos tomó por sorpresa a todos, el zalamero dijera mi gente, que fue a decirle al señor Presidente de México lo que iba a pasar (y que ya se había anunciado desde hace tiempo por cierto). De la historia que se iba a “terminar” con el cambio de nombre. Hablemos con la verdad, nadie dice “vamos al Estadio Centenario 27 de Febrero” todos dicen “vamos al Centenario” sin nombrar lo que va después por flojera o porque simplemente los tabasqueños ya conocemos la casa de los Olmecas y no hay necesidad de hablar con más. Pero la afición se dividió entre los que se tatuaban el 27 de Febrero en la frente (que quiero verlo, en serio) y los que comprendían los beneficios que un derecho de nombre comercial traería. Para empezar el “ese dinero mejor úsenlo para mejorar (inserte requerimiento público)” ahhhh pero que tal defendiendo a capa y espada el “es 27 de Febrero”.
La temporada ya inició y los nuevos estadios con su misma historia seguirán coleccionando triunfos y derrotas, en búsqueda del campeón.
AGRADECIMIENTOS
Gracias a mis colegas y grandes amigos que el beisbol me ha dado, aún si nos vemos una vez por temporada por platicarme lo que sus equipos han afrontado, porque el cambio no es sencillo, pero se tiene que hacer para salir de la zona de confort. Gracias Joan, que la Guerra Civil nos siga emocionando. Gracias Héctor por explicarme esos rollos mercadológicos. Gracias Lenin por decirme que todo relax por allá con el cambio de nombre, que lo que interesa es buscar el campeonato y las oportunidades. Un gusto Luis Trujillo, de Conspiradores, por compartir los nacientes desafíos que enfrentan.