En la opinión de Mafer
hace 2 semanas
8:00 AM

Una plática muy deportiva

Villahermosa, Tabasco a 9 de mayo de 2024.
Compartir
  • En la opinión de María Fernanda Ávalos

“Un líder es aquel que conoce el camino, hace el camino y muestra el camino.”

 John C. Maxwell

Napoleón Bonaparte decía, en sus tantas conquistas y guerras que un líder es un repartidor de esperanza y queda claro que entre el fuego cruzado siempre habrá alguien que haga la diferencia y sea ese punto y aparte, ese rayo de esperanza que se desea encontrar.

En el deporte, hay ídolos que, de manera personal considero, la esperanza y la confianza los convirtieron en leyendas. Hace unos días, escuchaba a Juan Pablo Oramas enunciar un discurso para parte de la comunidad deportiva en Tabasco. Con hoja en mano para no olvidar y recién bajado del avión, el “Tigre de las Gaviotas” hablaba de algo muy importante: el deportista que ha sido disciplinado, exitoso y tiene la capacidad de mirar a su contrincante para darle la mano y agradecerle, es un líder.

Pero también, un líder propone y expone, no lo que él considere fácil sino lo que su comunidad crea una prioridad. El liderazgo deportivo nace bajo la competencia y la capacidad de reconocer que hay perdedores y ganadores en todos los deportes, pero que siempre hay tiempo para mejorar y una nueva competencia para demostrar lo que se aprendió en ese tiempo. Juan Pablo, hablando desde su experiencia beisbolera, sabe que el camino tiene subidas y bajadas y que el líder sigue forjando con temple el camino para mostrarlo a quienes lo siguen. Los deportistas coincidieron en que las condiciones del camino no son sencillas y que se necesita hacer propuestas a quienes ponen las estructuras del camino.

Juan Pablo ha cumplido un sueño interesante, más allá de las lomitas donde se ha logrado subir para degustar del chocolate de su propia marca. Es el tabasqueño que creció admirando a otro tabasqueño haciendo la misma labor. El tigre se emociona al presentar a Cecilio Ruiz, su ídolo de infancia, que entre el público y con una sonrisa, se para de su asiento y levanta la gorra hacia los asistentes. Juan Pablo logró el sueño de que su ídolo lo reconociera en ese momento como líder de la comunidad beisbolera bajo el equipo que lo hizo campeón en 1993, y además, logró con el tiempo hacerlo su amigo. No hay coincidencias, los sueños se hacen realidad si se corre las bases por ellos.

Te puede interesar

olmecas_piratas-3
hace 21 horas
dscf7902-1.jpg
hace 3 días